Empatía: ¿Sabes leer sentimientos en una simple mirada?

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Empatía: ¿Sabes leer sentimientos en una simple mirada?

La empatía, cuando alguien usa expresiones tales como «me importa un pito», «paso de todo», o incluso otras más atrevidas como «por mí, como si se tira de un puente», con frecuencia lo que está sucediendo es que se está intentado mostrar, una indiferencia que no se siente en realidad.

Podría decirse que se trata de un mecanismo de autodefensa, para huir de la frustración, la decepción, etc. Eso no quiere decir que siempre que se exprese indiferencia hacia alguien, sea una declaración intencionalmente falsa. Aunque si se trata de expresiones muy reiteradas y vehementes, sí es normal que se esté intentando ocultar una cierta preocupación justo por la persona.

Otra cosa bien distinta es cuando la indiferencia no se expresa, pero resulta una actitud frecuente. Cuando esto sucede, podría representar una cierta resistencia a ponerse en el lugar del otro, o bien directamente una falta de empatía, lo cual supone desde un punto de vista psicológico, una deficiencia grave. Saber «calzar los zapatos ajenos», y ponerse en el lugar del interlocutor, es una habilidad denominada empatía, para la cual el cerebro está perfectamente preparado.

La empatía

La empatía tiene lugar en una amplia gama de situaciones vitales, participando en todo tipo de acontecimientos vitales, como la paternidad, la amistad, la actividad social, la política, el trabajo…Es una habilidad que nos faculta para integrarnos afectiva y socialmente, sentir lo que el otro siente, a veces tan solo mirando a los ojos. Atendiendo a la mirada del otro, es posible identificar y sentir propia su ira, su vergüenza, su ternura, y tantos otros sentimientos que somos capaces de descodificar en la expresión del rostro.

El cine es un poderoso catalizador de estas emociones, ya que facilita una mirada interna a los sentimientos de los distintos personajes, facilitando lo que llamamos, proceso de identificación. (Lo cual quiere decir, que somos capaces de identificarnos con las emociones que intuimos en otras personas).

Pero como mencionábamos antes, también es posible que la empatía se encuentre ausente o deficiente, lo cual puede ser indicativo de una mala comunicación, pero también puede tratarse de un desequilibrio emocional. En los casos más graves denota psicopatía, que es la incapacidad de percibir la experiencia subjetiva de otra persona.

Como es popularmente sabido, existe en el mundo de la criminología un gran número de psicópatas entre asesinos, violadores, secuestradores, y abusadores de niños. Puede decirse que precisamente esa falta de capacidad para ponerse en el lugar del otro, les permite actuar “sin conciencia”, y sin sentirse mal por llevar a cabo actos violentos.

Afortunadamente estos son casos excepcionales, y la generalidad del ser humano nace con un buen potencial para desarrollar empatía que más tarde en el entorno familiar, con los amigos, y durante la escuela, se fortalece y encauza apropiadamente.

Cuanto mayor es la empatía, más eficiente es la comunicación interpersonal y la posibilidad de establecer entendimiento sólido con las demás personas.

Cuando se entiende el mensaje del otro a un nivel profundo, se generan más fácilmente sentimientos de ternura, cariño, y comprensión. La empatía es por tanto, uno de los elementos cruciales en la inteligencia emocional, que unida a habilidades de asertividad, se traduce en relaciones exitosas donde uno es visto como alguien comprometido, cálido, y equilibrado.

Pero ojo, ni la asertividad ni la empatía, supone decir que sí a todo, como tampoco significa renunciar a las propias convicciones y adoptar mecánicamente las del interlocutor. Más bien al contrario, la persona empática y asertiva, sabe defender su posición, y estar en completo desacuerdo, y al tiempo respetar los sentimientos y posiciones de los demás.

En resumen, saber escuchar activamente, y“calzar los zapatos ajenos”, es indicativo de inteligencia emocional, otorgando unos cimientos idóneos para la construcción del equilibrio psicológico y del bienestar.