Los talleres a diferencia de los grupos de psicoterapia, están orientados al juego, dinámicas, cambio de roles, y muchos otras fórmulas, para interiorizar el aprendizaje a través de una recreación del problema.
La gran diferencia entre los talleres y los grupos terapéuticos es que los primeros no buscan movilizar cambios a nivel inconsciente, pero sí que la persona utilice su capacidad de análisis para interiorizar un aprendizaje y aprovecharse de sus beneficios, todo ello independientemente de sus procesos subconscientes.
Los talleres que actualmente se imparten en mi consulta son cinco:
Mejora de la autoestima
Entrenamiento cognitivo
Habilidades Sociales Y asertividad
Pareja y sexualidad
Inteligencia emocional
Todos ellos, aún con sus diferentes contenidos y propósitos, conllevan idénticos procesos de enseñanza y aprendizaje cuya finalidad es que los asistentes desarrollen las competencias necesarias para el afrontamiento de las dificultades.
Existen tres aspectos que definen el contenido y las funciones de los talleres psicológicos:
El primero aspecto, se expresa en el objetivo es la transmisión de recursos académicos, o clínicos, sin embargo, en todos los talleres impartidos en mi centro, se tratan recursos fundamentalmente clínicos. Es decir, aquellos que tienen una aplicación para la mejora del estado de salud y bienestar, como por ejemplo, el afrontamiento de la ansieda.
Es por ello, que en los talleres se enseña a usar las herramientas que el individuo ha de usar en su vida real, extrapolando a un ambiente controlado las situaciones temidas o que crean ansiedad. De ese modo, se propicia el aprendizaje a través del ejercicio práctico, (es decir, que se aprende haciendo), de lo cual se desprende su naturaleza funcional.
El segundo aspecto, y característica importante de los talleres, es que son modalidades de formación colectiva, dirigidos a un número limitado de participantes con necesidades de aprendizaje o intereses comunes.
El tercero, es que son de naturaleza intensiva; es decir, que reúnen toda la información necesaria en un plazo abreviado de tiempo.
Para entender mejor la forma de proceder en un taller, os explicaré a grandes rasgos, qué es lo que podréis encontrar en ellos:
En primer lugar se hace una presentación del taller, detallando el índice de contenidos que están incluidos en el programa de formación.
Posteriormente, se realiza una evaluación que generalmente se hace de forma oral, valorando aquellas habilidades que los participantes tienen con respecto al tema que se está tratando. Se trata básicamente, de recoger información sobre el nivel de conocimientos y experiencia que los asistentes tienen sobre el tema, para dar a los contenidos un significado a través de la experiencia.
A continuación, se realiza una presentación (normalmente en ppt), para explicar la parte teórica, y dilucidar conceptos que ayuden a llevar a la práctica las actitudes necesarias para el cambio. A partir de aquí, se inicia un diálogo aplicando los conceptos teóricos a la práctica objetiva y experimental de los asistentes.
Para apoyar el proceso de aprendizaje, y con la finalidad de ejercitar las competencias deseadas, se introducen progresivamente actividades que permitan poner en práctica todo lo que se va explicando y discutiendo en el taller.
Dichas actividades se despliegan dentro de los contextos en los que se produce el problema. Es decir, que se reproducen con la mayor fidelidad posible las situaciones que son problemáticas, a fin de ensayar las actitudes que se pretenden implementar.
Con ello se busca generar un comportamiento autosuficiente, y una capacidad efectiva para autorregularse.
Para acabar, se realiza una evaluación final, para comprobar que se han comprendido los conceptos centrales que son motivo del taller, bien a través de un cuestionario, bien a través de una actividad específica. Una vez finalizado el taller se pone a disposición de los participantes un cuestionario en el que se podrá valorar en qué medida se han cubierto las expectativas.